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2018

Hablando en serie #33: Atípico

18:30

¡Hola, querubines!:
Últimamente me veréis más por redes sociales que por aquí, eso se debe a que estoy inmersa en la escritura de dos novelas tan distintas como importantes para mí. Pero eso no me aleja de una de mis pasiones: las series. Y Netflix contribuye a mi afán de procastinación, sin duda. Pero mientras sea con maravillas como esta, ¡bienvenidas sean! 


El otro día nos pegamos un maratón de Atípico, toda la primera temporada del tirón. Y es que resulta imposible resistirse a Sam y el variopinto abanico de personajes que lo acompañan.
Lo más destacable es la peculiaridad de este protagonista, un chico en el espectro autista que acude al instituto, tiene un trabajo a media jornada y una familia de lo más curiosa. Sam lleva una vida relativamente normal, pero a veces el no ser neurotípico le ocasiona ciertas dificultades. Aun así, se esfuerza en afrontar situaciones complicadas, en superar sus miedos y limitaciones. 
La serie nos muestra la búsqueda de la identidad y la independencia, no solo de Sam, sino también de quienes le rodean. Y es que cada personaje, a su manera, debe recorrer ese camino: el padre hace esfuerzos por acercarse a su hijo, la madre intenta adivinar quién es más allá de su papel de matriarca, la hermana debe enfrentarse a su futuro, y Sam, que desea ser más autosuficiente, busca que lo traten como al chico de dieciocho años que es.
Los secundarios no tiene desperdicio: desde el divertido amigo de Sam, pasando por el novio de Casey, sin olvidar a la histriónica Paige. Todos son piezas de un puzle bien armado.
Ninguno se salva, porque nadie estamos exentos de la toma de decisiones, de las encrucijadas, las dudas, los miedos y las equivocaciones, porque todos nos caemos más de una vez y tenemos que volver a levantarnos.
Mediante curiosidades de la Antártida y sus animales, Sam nos acerca a su forma de entender el mundo y a quienes forman parte de él.
Es una serie que toca el corazón, tierna, divertida y didáctica.

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