¡Hola, querubines!
Hoy os traigo mi opinión de una novela que he disfrutado. Me ha acompañado en trayectos de bus y ha sido mi lectura matutina. ¿La habéis leído? ¿Qué os parece?
Bajo el agua I Marisa Reichardt I DNX I Young adult I 272 Pág
9 de octubre de 2017
SINOPSIS:
Morgan no quiso hacer nada malo ese día. En realidad, ella quería hacer algo bueno. Pero su acto bondadoso jugó su papel en una tragedia mortal. Para seguir adelante, Morgan debe aprender a perdonar, primero a alguien que hizo algo que podría ser imperdonable y también a ella misma. Pero ella no consigue hacerlo. Ni siquiera puede ir más allá de la puerta del apartamento que comparte con su madre y su hermanito. Morgan se siente como si estuviera bajo el agua, incapaz de salir a la superficie. Incapaz de ver a sus amigos. Incapaz de ir a la escuela… Cuando parece que ya no puede contener la respiración por más tiempo, un adolescente aparece en el apartamento de al lado.
OPINIÓN PERSONAL-LUCÍA:
La portada de Bajo el agua me enamoró y la sinopsis terminó de conquistarme.
La novela está narrada en primera persona por Morgan, una adolescente que de unos meses a esta parte vive encerrada en su apartamento. Una chica que antes disfrutaba de los rayos del sol y de la sensación de estar bajo el agua es ahora prisionera de unos recuerdos dolorosos y traumáticos.
Ha perdido el contacto con el exterior, se refugia en lo que conoce y se aferra a un horario, al menos hasta que llega Evan, un nuevo vecino que huele a océano y le recuerda cómo eran las cosas antes de aquel fatídico día de octubre en el que su vida cambió, en el que ella cambió y lo cotidiano se convirtió en algo extraño y aterrador.
Capítulo a capítulo acompañamos a Morgan en su viaje personal hacia la recuperación. Porque esta no es una historia en la que se describan muchos lugares, sino una novela que desnuda a la protagonista en el sentido más profundo de la palabra. Página tras página Morgan da pasitos hacia adelante mientras, a la vez, recuerda lo que sucedió, el hecho que la convirtió en la chica retraída que es.
«No tiene sentido vivir pensando en la muerte. Hay una diferencia entre estar preparado y estar asustado. No deberías dejar de vivir tu vida solo porque tienes miedo.»
Reconozco que ha habido momentos en los que he tenido ganas de zarandearla y gritar para que saliera de ese estado de autocompasión, pero entiendo que cada uno lidia con sus problemas como puede o como su mente le permite. Eso es algo que la autora ha sabido mostrar.
Pese a su forma de comportarse, el miedo que la condiciona, Morgan es también una adolescente divertida y cariñosa que quiere a su madre y a su hermano pequeño por encima de todo. Además de lo acaecido en otoño, también debe lidiar con la ausencia de su padre y el porqué de esta.
Me gusta el modo en el que Evan se hace un hueco en su vida, cómo consigue que la luz que esconde la chica comience a brillar de nuevo. Con simples gestos, detalles, conversaciones y silencios. Es lo que ella necesita.
El hermanito de Morgan, Ben, aporta un punto de dulzura y diversión a la historia, aunque me hubiera gustado saber más cosas sobre su madre y, por supuesto, conocer el desenlace de la historia de su padre. Pero como en la vida real al llegar la noche, no todo acaba al cerrar el libro; imagino cómo seguirá su relación y sonrío esperanzada.
El personaje de Brenda, la psicóloga, también me ha gustado; la forma en la que se vuelca con la chica es admirable. Más que una terapeuta es una amiga, quien la lleva de la mano de regreso al mundo.
La pluma de la autora es accesible, por lo que la historia se sigue a la perfección, pero a la vez cuenta con una narración detallada que nos zambulle en la mente de un personaje complejo que atraviesa un momento complicado. La autora refleja con autenticidad trastornos como la ansiedad o el estrés postraumático, con los que Morgan convive y los que debe combatir.
«Mi corazón está bien.
Mi cabeza está bien (o algo así).
Resultó que no me estaba muriendo por fuera. Solo me estaba muriendo por dentro, donde nadie podía verlo.»
Me gusta la evolución de Morgan, cómo se enfrenta a sus miedos y aprende a perdonar, incluso a sí misma...
Desde las primeras páginas pude hacerme una idea de lo que le había pasado en octubre. No creo que esta sea una novela de giros inesperados, lo que de verdad importa es la voz de la protagonista y cómo, capa a capa, se desprende del miedo y la culpabilidad que la inhabilitan.
Pese a que el drama sobrevuela toda la historia, hay momentos que nos arrancan una sonrisa, eso es algo que valoro positivamente. El que ocupe menos de trescientas páginas es otro punto a favor.
En resumen, si queréis zambulliros en una novela emotiva, Bajo el agua es una apuesta segura.
La novela está narrada en primera persona por Morgan, una adolescente que de unos meses a esta parte vive encerrada en su apartamento. Una chica que antes disfrutaba de los rayos del sol y de la sensación de estar bajo el agua es ahora prisionera de unos recuerdos dolorosos y traumáticos.
Ha perdido el contacto con el exterior, se refugia en lo que conoce y se aferra a un horario, al menos hasta que llega Evan, un nuevo vecino que huele a océano y le recuerda cómo eran las cosas antes de aquel fatídico día de octubre en el que su vida cambió, en el que ella cambió y lo cotidiano se convirtió en algo extraño y aterrador.
Capítulo a capítulo acompañamos a Morgan en su viaje personal hacia la recuperación. Porque esta no es una historia en la que se describan muchos lugares, sino una novela que desnuda a la protagonista en el sentido más profundo de la palabra. Página tras página Morgan da pasitos hacia adelante mientras, a la vez, recuerda lo que sucedió, el hecho que la convirtió en la chica retraída que es.
«No tiene sentido vivir pensando en la muerte. Hay una diferencia entre estar preparado y estar asustado. No deberías dejar de vivir tu vida solo porque tienes miedo.»
Reconozco que ha habido momentos en los que he tenido ganas de zarandearla y gritar para que saliera de ese estado de autocompasión, pero entiendo que cada uno lidia con sus problemas como puede o como su mente le permite. Eso es algo que la autora ha sabido mostrar.
Pese a su forma de comportarse, el miedo que la condiciona, Morgan es también una adolescente divertida y cariñosa que quiere a su madre y a su hermano pequeño por encima de todo. Además de lo acaecido en otoño, también debe lidiar con la ausencia de su padre y el porqué de esta.
Me gusta el modo en el que Evan se hace un hueco en su vida, cómo consigue que la luz que esconde la chica comience a brillar de nuevo. Con simples gestos, detalles, conversaciones y silencios. Es lo que ella necesita.
Portada original. |
El hermanito de Morgan, Ben, aporta un punto de dulzura y diversión a la historia, aunque me hubiera gustado saber más cosas sobre su madre y, por supuesto, conocer el desenlace de la historia de su padre. Pero como en la vida real al llegar la noche, no todo acaba al cerrar el libro; imagino cómo seguirá su relación y sonrío esperanzada.
El personaje de Brenda, la psicóloga, también me ha gustado; la forma en la que se vuelca con la chica es admirable. Más que una terapeuta es una amiga, quien la lleva de la mano de regreso al mundo.
La pluma de la autora es accesible, por lo que la historia se sigue a la perfección, pero a la vez cuenta con una narración detallada que nos zambulle en la mente de un personaje complejo que atraviesa un momento complicado. La autora refleja con autenticidad trastornos como la ansiedad o el estrés postraumático, con los que Morgan convive y los que debe combatir.
«Mi corazón está bien.
Mi cabeza está bien (o algo así).
Resultó que no me estaba muriendo por fuera. Solo me estaba muriendo por dentro, donde nadie podía verlo.»
Me gusta la evolución de Morgan, cómo se enfrenta a sus miedos y aprende a perdonar, incluso a sí misma...
Desde las primeras páginas pude hacerme una idea de lo que le había pasado en octubre. No creo que esta sea una novela de giros inesperados, lo que de verdad importa es la voz de la protagonista y cómo, capa a capa, se desprende del miedo y la culpabilidad que la inhabilitan.
Pese a que el drama sobrevuela toda la historia, hay momentos que nos arrancan una sonrisa, eso es algo que valoro positivamente. El que ocupe menos de trescientas páginas es otro punto a favor.
En resumen, si queréis zambulliros en una novela emotiva, Bajo el agua es una apuesta segura.
Lo mejor: la profundidad y evolución de la protagonista.
Lo peor: algunas faltas gramaticales, errores de traducción y de puntuación.
VALORACIÓN:
★★★★ 4 sobre 5
0 confesiones
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