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Chistes malos, estética postapocalíptica, cuerpos serranos, coches deportivos y litros y litros de sangre. Suena bien, ¿verdad? Pues se trata de los ingredientes de Blood drive, la última bendita locura de Syfy. Una serie que aporta su grano de arena (o, mejor dicho,  de sangre) a la resurrección de la serie B. Una delicia para amantes de sagas como Evil dead (que también cuenta con su propia serie). Y es que lo explotation vuelve a estar de moda, ¡o eso espero! Ya vale lo de tomarse en serio el terror, los amantes del gore y de las pelis de los ochenta echábamos de menos esto: el humor absurdo, la sangre falsa en cantidades irreales y las tramas estrambóticas.

Meted en una batidora Death Proof, Mad Max, Los autos locos y Death Race y tendréis como resultado esta alocada serie. Abrochaos los cinturones de seguridad y preparaos para pasar un buen rato frente al televisor o el ordenador.

Un total de trece episodios conforman la primera temporada, espero que de varias temporadas.

El creador de esta locura automovilística es James Roland y las estrellas principales son Christina Ochoa (española y familiar del Premio Nobel Severo Ochoa. Curioso, ¿verdad?) y Alan Ritchson, este último con una amplia carrera a sus espaldas. 

Colin Alexander (que hizo de Pope en Falling Skies, serie que recomiendo) da vida a Slink, el histriónico y siniestro maestro de ceremonias de esta carrera de la sangre.

Ahora ya tenéis motivos para verla...o no, depende de vuestros gustos. Os dejo el trailer, nada mejor que una muestra, querubines.