Tengo una mala noticia que compartir...
ESTOY SIN ESTANTERÍAS.
Sí, así, en mayúscula, negrita y gritado con desesperación. Porque es un maldito drama como lectora y escritora.
Cierto es que cada vez leo más en digital. Casi todo lo que pasa por mis manos lo hace a través de mi amado Kindle (soy muy fan: de su textura, de su capacidad, de...todo) y las promociones de Amazon (benditas sean), pero eso no quita que también venere el formato clásico, aunque, seamos honestos, resulta más caro y quita muchísimo espacio. Ahí esta el problema, en el maldito espacio. Hemos obrado en casa y mi padre, ni corto ni perezoso, ha decidido desmontar y tirar mi refugio literario (vale, este era una vieja alacena que mis libros fueron asediando hasta expulsar a los botes de conserva y hacerse con todo el poder). Solo queda una pequeña estantería en el pasillo. Bueno, y ese mueble donde guardo las novelas firmaditas. Y aquí estoy yo, con reformas y mis pequeños (y grandes) de papel encerrados en cajas o apilados con pericia en un armario empotrado sin saber cuál será su destino. ¿Podría ser peor? Sí, puede; ¡una humedad ha empezado a acecharnos! ¿A que no adivináis encima de qué armario ha hecho su aparición la condenada?
Exacto, donde estáis pensando. ¡Ay, mis libros!, me invade la tristeza cuando pienso en ellos. Al menos he sido precavida y he rescatado la caja de los cómics y novelas gráficas (las niñas de mis ojos) y ahora están a mi vera, al ladito de la cama.
Es por las reformas por lo que tengo algunas lecturas paradas, ¡no hay quien encuentre nada! Pero mi móvil y mi Kindle están resultando fundamentales para que la locura no me consuma. Bueno, eso y el hecho de que las musas han decidido apoyarme en este trance y me susurran al oído cuando me pongo frente al Word. Estoy escribiendo cosas que tengo ganas de compartir.
Pero ¿y mis libros impresos? Solo espero que, al final, mi procreador entre en razón, se apiade de esta millenial con síndrome de Peter Pan (y una pizca de Diógenes) y coloque un par de estanterías (quien dice un par dice diez).
A veces me hago la inevitable pregunta: si solo pudiera rescatar unos pocos libros, ¿cuáles serían? Pero ¡es como hacerme elegir entre sirope de caramelo y sirope de chocolate! Supongo que tengo mis favoritos, claro. Veamos...
- Mis novelas (por supuesto). Sí, sí, las que yo he escrito. Ahora me publican en digital, pero tengo un par de copias de Clanes (ya descatalogada) y otras de Esplendor (que saqué impresa de forma limitada).
- Las novelas que tengo firmadas o son de amigas escritoras como Amaya Felices, Laura Morales, Victoria Vílchez, Sandra Andrés Belenguer, Natalie Convers, Némesis Fuster, etc.
- Mi edición especial de Los juegos del hambre (la blanca con los bordes de las páginas metalizados).
- La trilogía Razorland: Enclave, Refugio y Horda (una de las mejores distopías que he leído).
- La saga Eternidad (tan fan soy que incluso tengo un grupo de Facebook, pena que Montena no trajera el spin off; en general, Alyson Noël en su faceta de ficción fantástica está condenada en España,. No sé por qué, ¡me encanta!).
- Los dos libros de Engelsfors: El círculo y Fuego (como ya he dicho en varias ocasiones, me entristece que no tradujeran el tercero).
- La trilogía formada por Susurros, Delirios y Engaños (me chifla esta aventura ambientada en Wonderland).
- Los cuatro libros de Generation dead (Daniel Waters es un amo, nada que añadir).
- Finis mundi (uno de los libros que me engancharon a la lectura).
- La historia interminable (el que me hizo amarla profundamente).
- La tetralogía Iron fey (espectacular, una lástima que Darkiss cerrara en España y nos dejara sin la saga spin off).
- La trilogía de la oscuridad (mejor que la serie, sin duda).
- La trilogía de La reina vampiro (me encanta su protagonista, la historia y la pluma de la autora).
- Mi trilogía Divergente (pese a que solo el primero es digno de alabanza).
- Si no despierto (Lauren Oliver tiene mi admiración incondicional).
- Las increíbles aventuras de Fan boy y Goth girl (novela no muy conocida pero que recomiendo con entusiasmo).
Ay, madre, ¿lo veis? No puedo elegir: Saga Crepúsculo, la Crónicas vampíricas, Saga Lux, La restauradora y un larguísimo etcétera. Lo dicho, imposible elegir. Quién me diera un bolso como el de Hermione Granger o un saco como el de Doraemon para guardarlo todo.
Pregunta cruel: Y si vosotros os vierais obligados a salvar, por ejemplo, unos pocos libros o sagas de vuestra colección, ¿cuáles serían?
3 confesiones
KHEEEEEEEEEEEEEEEEE?! Pinocchio y Pepe Grillo se apiaden de ti! Si por mí fuera, rescato mis libros firmados por Kassfinol, Mary Elisa Saldivia, Francisco Ruíz y Stefanía Gil, TODOS los que tengo de Stephenie Meyer, un libro con todos los cuentos de Poe, Drácula, La Emperatriz de los Etéreos y los que tengo de La Casa de la Noche. Y aún tendría que salvar algunos de Anne Rice, Sepulcro de Kate Moss, la Divina Comedia... Paso, paso, ¡no quiero ni imaginarme en tu situación!
ResponderEliminarSuerte con tu desdicha y termine pronto.
¡POBRES LIBROS! Espero se salven de la humedad que los acecha. Con respecto a la pregunta cruel, pues, creo que no podría elegir, o todos o ninguno, jajaja. Que materialista eh? Besitos desde la luna.
ResponderEliminar¡Ay yo no sabría qué libros escoger! Tengo demasiados que no podría dejar atrás, lloro.
ResponderEliminarun saludo guapi :)
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